AMIGOS Y RESIDENTES EN ...................


Una cree que ya lo ha visto todo en el mundo de la justicia, pero nada más lejos de la realidad, nunca sabes lo que te vas a encontrar a la vuelta de la esquina, porque algunos (dejémoslo en algunos) de nuestros jueces, esos ilustres seres investidos de la noble e insigne facultad de administrar uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad, también tienen el don de superarse a si mismos y de qué manera.

Pongamos que hablo de un litigio que se ventila en un juzgado de una capital de provincia. Mi despacho se encarga de la defensa de una de las partes, y nos toca jugar en campo contrario. El otro abogado, hombre maduro, con despacho en la zona noble de su ciudad, y que ostenta la categoría de Don, tiene toda la apariencia y modos de un gentleman, si no fuera porque al hablar no respeta la distancia de seguridad.

Pongamos que a lo largo del procedimiento, apreciamos que el Juez muestra una clara inclinación a favor de la parte contraria, que juega en casa, diciéndole al “gentleman” en el estrado y en nuestra presencia: “magnífica defensa, Sr. Letrado, páseme una copia de la instructa ( latinajo utilizado en nuestra jerga para definir la chuleta que usa el abogado para desarrollar los argumentos de la defensa)" o cuando esta parte propone una prueba, que consiste en que el contrario presente un documento y Su Señoría se dirige a él y en un tono jocoso le pregunta: " se la aceptaremos ¿no?"

Pongamos que tras varios meses de mosqueo reconcentrado por nuestra parte por lo ya expuesto y porque el “gentleman” hace caso omiso de la prueba finalmente admitida y no aporta nada de nada, ante la pasividad absoluta del juez, que no hace ni puñetero caso a nuestros requerimientos, nos llega un escrito del Colegio de Abogados de esa ciudad, alertándonos de que el “gentleman” esta inhabilitado para ejercer desde hace más de un año.

Pongamos que el Juzgado es informado también de la imposibilidad de subirse a los estrados del susodicho letrado y en vez de anular el juicio, nos da traslado a las partes para que aleguemos lo que a nuestro derecho convenga.

Pongamos que llevamos meses con dimes y diretes por escrito y Su Señoria todavía no ha tenido a bien anular el juicio.

Pongamos que tengo que convencer a mi cliente de que no se avalance sobre la autoridad togada y se lie a golpes contra todo lo que se menee y que luzca toga con puñetas.

Digamos que si algo está claro es que el gentleman y el juez son amigos y residentes en Vitoria, que rima con escoria, o en Extremadura que rima con basura o en Andalucía que rima con sinvergonzonería, o en la ciudad que tu elijas que rima con sabandijas.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Pero son solo unos pocos algunos ¿verdad?. Porque no necesitamos instancia alguna para derramar virtudes y obsequiar con cualidades a los demás. Pero si parece que necesitemos al ente que controla nuestras pasiones y defectos ante otros; lo llamamos leyes y lo adoramos en forma de jueces,fiscales, abogados, etc...

Curiosamente nos dicen, que este ente nos protege del irracional, de la bestia que todos llevamos consigo. La justicia de los hombres...

Si existe el equilibrio, el orden universal, deben existir algunos pocos hombres y mujeres, ejerciendo la justicia humana, con dignidad, y sabiduría, reparando el mal causado por algunos otros pocos....

Porque existe un equilibrio en la vida y en el mundo ¿o no?

ESPERANZA dijo...

Defíneme equilibrio.

Fuera de bromas, hay jueces que hacen muy bien su trabajo, son coherentes e imparten justicia a las mil maravillas, pero hay otros que...........¡mejor no hablar!.

Aunque tengo serias sospechas de que el juez de mi post ha debido entrar en mi blog, porque esta mañana mismo, ha decretado la nulidad de actuaciones.

¡Mira por donde ya le he encontrado una utilidad a este mi blog!

Unknown dijo...

Seguro que este blog tiene otras utilidades mejores...

Y es posible, o al menos, confortable, pensar que la sinrazón retrocede o se nivela frente al equilibrio, la divinidad o la fortuna.

¡Nos divertiremos....!

Elena dijo...

Lo triste de este "compadreo" y otras cosas peores en la Justicia es que el sistema no tenga mecanismos adecuados para evitar tales corruptelas. Suscribo totalmente esa Andalucía que rima con sinvergonzonería en asuntos de Justicia. Un síntoma más de la corrupción que sigue existiendo en este país.