MOBBING


Viniste a verme cargada de razones, gritando justicia, pidiendo castigo para quien te había destrozado la vida. Tu jefa, esa mujer inhumana que se había ensañado contigo desde el primer día que te vio, que te había discriminado, fastidiado, perjudicado y que había arruinado tu existencia, tenía que pagar su culpa .

Me contaste todas tus desdichas y a mis preguntas contestabas con un guión aprendido a lo largo de años de lamentaciones, que no ofrecía respuestas.

Que aparentemente no entrabas dentro del perfil de una victima de mobbing, saltaba a la vista, no había que ser muy perspicaz, tus modos te delataban, pero no obstante, había que cerciorarse.

Desempolvando tu pasado descubrí una lista interminable de persecuciones sufridas, en el trabajo, en tu vida personal ........., una persona engullida por la mala suerte, que tan solo había sido afortunada en el casamiento, en elegir marido, al que, por cierto, como pude, personalmente, comprobar, desautorizabas a cada instante, recordándole sus torpezas.

No te acosa nadie, créeme, tan sólo tu sombra, aunque no quieres darte cuenta. El mobbing es otra cosa, cuando penetras en la mirada de una persona acosada te encuentras a un ser que gime de dolor por la agresión externa,. con una autoestima maltrecha, y con un alto grado de desorientación. De una persona sometida a acoso te sobrecoge su desesperación, su miedo y su grito implorando ayuda

En tu mirada no hay nada de eso, solo se percibe el odio y el rencor hacia la humanidad que conspira contra ti. Yo no tengo remedio para tu mal, porque hasta que no seas consciente de ello, seguirás siendo victima del mundo, de sus persecuciones y de sus injusticias. Seguirás siendo víctima de ti misma.

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