CEGUERA


      Wladimir Kush


Estaba tan ocupado en proyectar luz para guiar a los que andaban a oscuras que nunca dedicó un momento a descubrir quién era aquel que le observaba fijamente desde el charco.  

7 comentarios:

Sara Lew dijo...

Muy profundo, Esperanza. Y perfecto para la imagen (fantástica, por cierto).
Un abrazo.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Pues anda que si llegas a estar inspirada!!!
Me encanta lo que proyectas con esa bonita imagen.
Besicos muchos.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Aplaudo de este pieza su capacidad de hablarle al lector de alguien que él o ella seguramente conozca, Esperanza, porque todos conocemos a alguien así.

Muy buen trabajo.

Un abrazo,

Nicolás Jarque dijo...

Esperanza, es habitual que nos perdamos los detalles que disponemos al alcance de la mano por otear el horizonte ansiado. En este caso, la farola tiene excusa, relativa, pero excusa.

Buen microrrelato corto.

Un beso, Escritora.

jaal dijo...

Y que no dejaría de hacerlo. Me ha gustado tu blog, así que me quedo por aquí. Te animo a visitar el mío.

Saludos

Asun dijo...

Hola te vi en ENTC y vine a visitarte, muchas veces nos ocurre como en tu micro, estamos tan ocupados en lo que nos rodea que nos olvidamos de mirarnos a nosotros mismos.
Me gustó mucho también la imagen.
Saludos.

Unknown dijo...

Ya dijo Nabokov en su curso de literatura europea que hay que fijarse en los detalles: a veces gritan más que lo que más se ve.
Un abrazo.