¿DE MADRID AL CIELO?

Entropía

Me asomé entre los visillos para ver el nuevo día justo cuando sobre el amanecer de Madrid acababan de volcar un cubo repleto de nubes naranjas que dormían esparcidas como espuma sobre el cielo.

Me desayuné con ello y guardé en mi retina una dosis suficiente para toda la jornada -¿Quién estará detrás de este milagro?- respiré e incluso llegué a pensar que solo un Dios era capaz de parir tanta belleza.

La tapa de un cubo de basura me sacó del paraíso y me llevó a la acera donde una mujer rebuscaba algo para comer, dos metros más allá un indigente esperaba a que se pusiera rojo el semáforo para pedir la caridad de los conductores. Ninguno de los dos miró al cielo y yo, por respeto,  decidí cerrar los  visillos. 
   

26 comentarios:

Rosa dijo...

Un mundo injusto Esperanza...Me gusta tu respeto y los cielos naranjas.

Besos desde el aire

Elysa dijo...

Sí que duele, Esperanza. Es así el día a día de muchas personas. Es imposible ver belleza cuando se tiene hambre.

Besitos

Puck dijo...

Sólo tú eres capaz de llevarnos de del cielo a la realidad de Madrid o de cualquier ciudad. Me gustó mucho
saludillos

MJ dijo...

Precioso amanecer para los afortunados que podemos contemplarlo desde un hogar cálido. Para los 'sin techo' hay otras prioridades.
Buenísimo, ESPERANZA.

Besos.

puri.menaya dijo...

Un gran micro Esperanza, el contraste entre la belleza del amanacer (tan espléndidamente descrito) y la crudeza de los indigentes nos despierta como si nos dieran una bofetada de realidad pura y dura. De todos modos necesitamos esos amaneceres para aferrarnos a la esperanza.

CDG dijo...

Buenísimo. La belleza del cielo y sus nubes derramadas con la crueldad de la tierra y su pobreza esparcida. Allí y acá, nuestros ojos, nuestra vergüenza.
Toda una reflexión la tuya.
Un beso.

Nicolás Jarque dijo...

Esperanza, el mundo está repleto de contrastes. Lo que es bello para uno, para otros pasa inadvertido. Y lo que a uno no les sirve, a otros los alimenta.
Me gustó como mostrarte las dos caras del mismo Madrid.

Un abrazo, Escritora.

Mar Horno dijo...

Cuando se tiene hambre y se vive en la calle, el cielo no importa.
Me ha gustado mucho tu respeto cerrando los visillos. Un beso.

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Este micro se entierra en la conciencia, Esperanza.

Nos llevas con tu prosa cálida a través de un paisaje idílico hasta que nos obligas a cerrar los visillos de nuestra inconciencia.

Una pieza tan dura como excelente.

Un abrazo.

Juglar dijo...

Si, es muy difícil volar a ras del suelo.
Un micro estupendo, Esperanza.
Un abrazo.

Unknown dijo...

A mí también me ha dolido -o jodido- el sonido de la tapa del cubo de basura. El cielo naranaja se torna rojizo para avisarme de la inminente llegada del Apocalipsis capitalista.

Un abrazo.

Javier Ximens dijo...

Esperanza, en primer lugar me pregunto sí realmente esa vista-foto se ve desde tu casa. Si es así te envidio. No descarto cambiar de casa para poder ver el cielo. Tu relato muestra una realidad que azota las conciencias e incluso hace pensar al protagonista, y al lector, si debemos disfrutar de la belleza o meternos a limpiar la m... que está adornando nuestro inmovilismo.
Ablacc: Revisa ese "llegue" que se le ha caído la tapa.

Esperanza dijo...

ROSA creo que hay que ser profundamente respetuoso con el prójimo y si está en peor situación que tú, más.

Un abrazote,

Esperanza dijo...

ELYSA ¡que razón tienes! Cuando el hambre aprieta es difícil hacer poesía.

Un abrazo,

Esperanza dijo...

PUCK la distancia entre el cielo y el infierno es tan grande y tan pequeña a la vez y la línea divisoria entre ambas tan fácil de saltar que hoy estás en un lado y mañana en el otro.

Un abrazo,

Esperanza dijo...

MJ cada día hay más gente volcada en cubrir sus necesidades básicas. Es tremendo.

Un abrazo,

Esperanza dijo...

PURI bienvenida a mi casa, vuelve cuando quieras, pasaré yo también a visitarte.

Un abrazo,

Esperanza dijo...

CDG exacto, buen análisis del texto.

Un abrazo,

Esperanza dijo...

NICOLAS ¡hay tantas cosas en Madrid! algunas malas y otras peores, ja,ja,ja pero hay algo de una belleza incomparable: los amaneceres y atardeceres.

Un beso, ESCRITOR

Esperanza dijo...

MAR yo creo que para ellos el cielo no existe y menos con la que está cayendo.

Un abrazote,

Esperanza dijo...

PEDRO reconozco que si es dura pero la situación de muchas familias también lo es.

Un abrazo.

Esperanza dijo...

JUGLAR gracias, celebro que te haya gustado.

Un abrazo,

Esperanza dijo...

ADRIAN ¡cuanto tiempo sin verte! se te echaba de menos en la blogsfera.

Un abrazo,

Esperanza dijo...

XIMENS la foto no es mía pero he de decirte que las vistas del cielo desde mis ventanas son incluso mejores que las de la foto.

Muy buen análisis de la reflexión que el relato llevaba de fondo.

Muchas gracias por la advertencia del "llegue" ahora corrijo, para eso estamos para aprender y mejorar.

Un abrazo.

Paloma Hidalgo dijo...

Un micro muy bueno, Esperanza, repleto de belleza y de desolación, tiñe la sensibilidad con fuerza.

Un placer leerte, como siempre.

Un beso

lenita dijo...

Esperanza.... aunque apreciemos cosas hermosas por la ventana, sabemos que de igual forma hay otras que no lo son.... Muy bueno¡¡