EL PAIS DE LOS BORDILLOS

Foto: Pedro Ballesteros



Cuando una viaja a un país como éste, ha de dejarse los prejuicios en casa si lo que pretende es disfrutar de la experiencia.

A la mirada occidental le cuesta creerse lo que esta viendo, millones de personas viviendo entre basuras, escasez y arena, sin perder la sonrisa. El egipcio es un pueblo amable y tramposo, capaz de venderte lo que no está en el mercado y hacerte creer que has conseguido el mejor precio, cuando , realmente, el negocio lo han hecho ellos.

Un pueblo que vive de su pasado, del esplendor de una época faraónica que le reporta pingües beneficios sin necesidad de ponerlo en valor, pues de esto va sobrado. Un pueblo de mujeres tapadas y hombres con estigma en la frente por la oración, un pueblo que se sienta a la puerta de su casa para contemplar la vida pasar, mientras todo se desploma a su alrededor.

Si quieres saber lo que es el riesgo, sólo tienes que ir al Cairo, que no es una ciudad, como todo el mundo cree, sino un disparate, con su contaminación, las bocinas de sus coches, los atascos, sus invisibles semáforos, ... allí uno no cruza las calles, se tira a ellas, confiando en la grandeza de Alá.

Bordillos por doquier vayas donde vayas, en las ciudades...en las pirámides.... en el barco...., bordillos por todas partes, aun cuando no haya aceras. El mundo al revés, escrito de derecha a izquierda, un mundo con barreras y sin normas, con policías y sin ladrones, con riqueza en los bolsillos y miseria en las calles, un país disparatadamente bello e irresistiblemente atractivo.

He tenido la suerte de recorrer Egipto de la mejor manera posible: Con el guía perfecto, porque para conocer un país, ha de enseñártelo alguien que lo ame profundamente, y ese ha sido Walid, un egipcio simpático y entrañable que nos ha enseñado a mirar con respeto a su pueblo y acercarnos a él...............Con la mejor compañía: Juan, Pedro, Antonio, Almudena y Guzmán, compañeros de viaje y de vida, sin ellos, nada sería igual ni siquiera este magnífico país y con un grupo de valencianos con los que compartimos barco, hotel, excursiones, taxis y comidas, que encajaron con nosotros como si de la horma de nuestro zapato, se tratara, Aurelio, Pilar, Oscar, Sonia, Nacho y Javier.

A todos ellos gracias por este maravilloso e irrepetible viaje.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Aja.de nuevo en casa, por fin a vuelto el duende. ¿ O no ?.
Ya veo que lo a veis pasado bien, de lo cual me alegro mucho, y que parasteis poco, pues el camello esta reventado.
Bienvenidos a la civilizacion de los incivilizados. jejeje

amp

AGUS dijo...

Feliz regreso. Me ha gustado mucho este retrato fidedigno que haces alabando las grandezas sin olvidar las miserias. Y la metáfora tan acertada del título.

Un abrazo.

ESPERANZA dijo...

Pues sí, ya estoy de vuelta. La experiencia ha sido fantástica. Asomarse a otras culturas es un ejercicio necesario para flexibilizar nuestras posturas y relativizarlas.

Gracias a los dos por pasaros por aqui.

Un abrazo.

beatriz dijo...

Bienvenida, espero que me cuentes todos los detalles del viaje ¡¡que chulada!! en el proximo dan ganas de apuntarse ¿podemos? je, je.

Besitos, se os ha echado de menos.

ESPERANZA dijo...

Gracias Reina, me ha dado mucha rabia no poder estar hoy con vosotros.

Besos,

Pedro dijo...

Ala Akbar (es grande). Salisteís de este nuestro país por los pelos, sobrevivís al caos, a los bordillos y volveís a un pais en estado de alarma, los vuestro ha sido una semana mágica de lo cual me alegro.
"Un pueblo que se sienta a la puerta de su casa para ......", esta frase ¿retrata a un pueblo resignado? o ¿la sabiduría de un pueblo que ha visto tanto y sabe apreciar lo que poseen?
Esta frase tuya me ha gustado da pa mucho uhhhhh!!!!.

Por cierto bienvenidos.

ESPERANZA dijo...

Tu lo has dicho. Ha sido un viaje totalmente mágico. Si te parece, la interpretación de "sentarse en la puerta de su casa para contemplar la vida pasar" la debatimos el Viernes delante de una cerveza. ¿Vale?

Besos

Larry dijo...

Salam aleikum.
Un compañero egipcio de estudios me contaba que al llegar a Madrid se le antojó que todos y cada uno de vehículos eran inteligentes, que sabían por donde tenían que circular o parar sin que hubiera nadie al volante, ya que le parecía imposible que semejante cantidad de coches fuesen de un lado al otro sin provocar un accidente cada cinco minutos... Por lo de los puntos de vista.

Nada es lo mismo después de sentir el polvo africano en la piel y de haberse impregnado del olor a África.
Espero que haya dado tiempo para ello.

Bienvenidos a este nuestro Estado de Alarma.

Besos

Elena E. Rodríguez Díaz dijo...

Egipto es maravilloso y también tuve la suerte de conocerlo de la mano de un amigo egipcio. Fuimos un grupo de personas diversas sin conocernos entre nosostros. El único vínculo era que todos conocíamos a Ali. El país y Ali nos convirtieron en amigos desde entonces.

El Cairo es caótico pero Egipto es fascinante.
Delante de la gran pirámide te emocionas porque simplemente es perfecta.
El Nilo al atardecer es de lo más hermoso que he visto.
Jamás he pasado por tantos escáneres en mi vida.
El vuelo a Abu Simbel es no apto para cardíacos. El piloto lleva la avioneta al estilo de los conductores del Cairo.
El bosque de columnas del templo de Karnak te deja anonadada por muchos reportajes que hayas visto.
Un paseo en camello al atardecer entre dunas, no tiene precio.
Y a personas como yo, poner los pies en los vestigios de la biblioteca de Alejandría, en la tumba de Tutankamon, entrar en la pirámide que te toque, estar delante de la momia de Ramsés II o ante el relieve auténtico de la batalla con los Pueblos del Mar en el templo funerario de Ramsés III... es un sueño.
De pequeña soñaba con ir a Egipto. De jovencita, cuando leía el diario de Howar Carter, soñaba con ir a Egipto. Hoy sé que hay muchos Egiptos diferentes y todos son fascinantes.
Como se ve, estoy enamorada de Egipto. También de África.

ESPERANZA dijo...

Mi primera incursión en Africa no ha podido ser mejor.

LARRY es cierto que deja huella. Es una cultura que no te puede dejar impasible, te revuelve tus cimientos y te descubre algo que aunque ya sabías, no habías experimentado: existen otros mundos.

ELENA, todos hemos visto infinidad de veces las pirámides en documentales, fotografías, libros.... pero nada comparable al momento en que aparecen ante tí, un respingo de emoción me recorrió todo el cuerpo, todavía se me eriza la piel recordándolo.

Yo fui a Abu Simbel por carretera dentro de un convoy militar, toda una aventura también.

Me impresionó mucho la ciudad de los vivos y de los muertos en el Cairo, 45.000 personas viviendo en un cementerio, absolutamente sobrecogedor.

También me cautivó la belleza del Nilo y comprobé en vivo y en directo como la religión preside, rige y domina la vida de un pueblo.

Ha sido un viaje fascinante.

Un abrazo para los dos.