EL SUSURRO DEL DUENDE (63ª entrega)

Si, soy Pablo Valle

- Llevo toda la mañana leyendo jurisprudencia y no he conseguido nada, déjame leer la nota que tomaste - le pidió a Roberto.

- Buen refugio te has procurado para buscar la paz, pero no has de descansar todavía, el diablo está al acecho, ni siquiera los más antiguos tratados te ayudaran a vencerle, tan sólo te conducirán a él – releyó Roberto en voz alta.

- Creo que eran estas....... pero no tengo la certeza absoluta – confesó Roberto.

La mirada de Laura era el reflejo de un cansancio sostenido y una derrota recien llegada, era el espejo de un alma que ha perdido su camino, y ya no le quedan fuerzas para volver a buscarlo.

El intentó animarla pero el desaliento también le había alcanzado y se había hecho más patente tras la conversación con Arturo Hidalgo. Intentó reponerse y empezó mentalmente a colocar delante de él los últimos acontecimientos para poder observarlos desde la distancia. Decidió desandar los pasos equivocados y con el pretexto de bajar a beber agua, fue en busca de Chelo.

La encontró llorando en la cocina mientras sacaba brillo, una y otra vez, a las cacerolas.

- Chelo, perdóname, por favor siento mucho lo ocurrido – le dijo tomando sus manos.

- He perdido los nervios, llevamos mucha tensión acumulada con la desaparición de Diana y no me gustaría que nada entorpeciera su regreso –

Chelo lloraba abiertamente, limpiandose constantemente las lágrimas con el dorso de su mano y con su manga

-Si es que toa la vida ma pasao lo mismo, por mejor, por mejor y siempre la picio - decía entre hipos y llanto.

Roberto la abrazó al tiempo que le decía – saldremos de esta, ya verás, pero ni una palabra de todo esto a Laura. No puede saber que has hablado con Arturo Hidalgo ni que Javier Vielva nos pisa los talones, se derrumbaría del todo ¿estamos?.

- Chitón – contestó Chelo haciendo el gesto de cerrar su boca como una cremallera.

- Pero.... el Arturo este.... nos ayudará ¿no? El tambien ha perdio a su hija –

-No lo sé, Chelo, no lo se, no me fio de él, creo que nos puede traer más problemas que soluciones – respondió Roberto.

-Pero........- empezaba a decir Chelo, cuando Roberto la interrumpió – Tal vez Arturo Hidalgo sepa más de lo que parece de la desaparición de Diana –

Lejos de alli...............................

- Ya estoy cansada de jugar a este juego, quiero volver con mi mamá, la echo de menos. ¿Cuándo podré volver a casa ? –


- Cuando mamá venga a buscarte, todo depende de ella -

(Continuará ......................)

2 comentarios:

Jose dijo...

Ésto se va poniendo interesante. Yo
ya tengo mi teoría y mi candidato (si es que debe haberlo), aunque en estos casos nunca acierto.
No me gustan los tipos perfectos.

¡Ánimo!

Besos.

ESPERANZA dijo...

Ah! pero..... ¿que hay tipos perfectos? ¿donde? (je,je,je).

Besos.