COMO PESA LA TOGA.........

Adrian Bloome

Como pesa la toga cuando una no tiene fuerzas ni para arrastrar sus zapatos. La bata negra cae como una losa sobre mi, cuando el cansancio pugna por ganar la partida, menos mal que sólo hace falta una chispa para encender de nuevo mi lengua y comprobar que aún sigo viva, malhumorada, pero viva.

La chispa la suelen poner algunos compañeros de profesión y de fatigas que parecen estar más de refresco que yo y que como me ven cansada, me creen vencida, ¡¡pobres!!.

Ayer sin ir más lejos, el compañero contrario me reprochaba llegar dos minutos tarde al juicio diciéndome lindezas tales como: “Hombre, has venido. Creía que después de tener la desfachatez de meter una demanda a mi cliente como la que le has metido , ibas a tener la desfachatez de no presentarte al juicio” Le miré de arriba abajo y le contesté: ¿ No pensaras que me voy a molestar en contestarte a esa estupidez? . La chispa encendió la antorcha y me despaché a gusto con él durante el juicio, dándole hasta detrás de las orejas. Luego ganará quien Su Señoría estime que tenía la razón, pero el gustazo de que pague su desfachatez de meterse inoportunamente conmigo, no me lo quita nadie.

Creo que era Kennedy el que decía que sólo un tonto contrata al abogado que se tiene a sí mismo por cliente". Pues eso me ha ocurrido a mi esta semana con un abogado de provincias, que a la vez es el empresario de la trabajadora que yo defiendo (¡¡¡¡porque yo también defiendo a trabajadores!!!!! aclaración hecha para aquellos que lo poníais en duda) y que entró en San Google para saber quien era yo y así saber con quien tenía que medir sus fuerzas.

Mira tú por donde, empiezan a salirle mis relatitos seleccionados y el abogado en cuestión decide atacarme por la vanidad. Desde el principio se muestra muy interesado en lo que yo escribo, y en acceder a mis supuestas publicaciones. Se inicia la negociación entre nosotros y antes de tirarnos mutuamente a la yugular del contrario, me entra pidiéndome nuevamente mis creaciones literarias. A veces cuando tu interlocutor no está en su sitio, no te deja más opciones que colocarle tu y por eso, con suma educación, le digo: Mira, vamos a hacer una cosa, vamos a terminar la negociación que nos traemos entre manos o el juicio, si no llegamos a ningún acuerdo, y cuando terminemos nuestro trabajo, si todavía estás interesado por lo que escribo (que no lo estará) hablamos de ello. ¡Pues le ha parecido mal! ¿qué pensaba?.


Cada mes de julio de cada año que pasa, la toga pesa cada vez más, será por el calor, por los años, por el cansancio, por la estupidez que flota en el ambiente o vete tu a saber porqué, menos mal que siempre hay alguien dispuesto a hacerme resurgir de mis cenizas como el ave fénix, recordándome que aún sigo viva.

0 comentarios: