EL SUSURRO DEL DUENDE (33ª entrega)

Teresa Mtz

-No te preocupes, mamá, estoy bien, me ha dicho mi amigo el duende que tienes que ganar un juego y yo volveré a casa – Laura se despertó sobresaltada, su hija acababa de hablarle, no había sido un sueño, Diana había estado allí, podía olerla, podía sentir aún su presencia, estaba segura incluso que la había dado un beso. Se levantó rápidamente y recorrió ansiosa toda la casa esperando encontrarla, pero fue inútil, en su lugar encontró un largo mensaje en la pantalla del ordenador:

¿Abogada o Leguleya? La primera ha de ser como la hoja de una espada: recta, flexible, brillante y acerada, la segunda convierte la más noble de las profesiones en el más vil de los oficios. ¿Qué eres? El juego te descubrirá.

Tres son las llaves, tres son las puertas que abren el camino de vuelta a casa. Busca en las fuentes, allí las encontrarás.

Vuelve al bosque urbano en el día más largo del último lapso capicua y busca la llave que te permitirá continuar.

Laura leía una y otra vez el mensaje, el desasosiego no le permitía respirar acompasadamente, quería descifrar el acertijo inmediatamente y cada vez se ponía más nerviosa al descubrir que no comprendía en absoluto su significado.

Eran las tres de la madrugada, estaba sola en casa y sus problemas se transformaban con la oscuridad en monstruos gigantescos que la engullían sin remedio.

A pesar de que no era creyente, sintió unos irrefrenables deseos de rezar, volvió a su habitación, se arrodilló al lado de la cama y con las palmas de sus manos unidas, enfocando sus dedos al cielo, se encomendó al Ser Supremo cuya existencia imploraba y con absoluta entrega le rogó a media voz: “Ayúdame”.

(Continuará)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues valla ,no esta mal para empezar la semana.

AmP

ESPERANZA dijo...

Se admiten apuestas. ¿Que querrá decir el mensaje misterioso?