LA MALA HIERBA

Oshkar

De vuelta al mundanal ruido, me desayuno con la horrible noticia de la niña de Seseña asesinada. Sin perjuicio de que hay que ser extremadamente prudentes con el manejo de la información que nos llega sobre las circunstancias de su muerte y sobre la presunta autora y salvando que hay que dejar a la justicia que instruya y averigüe los hechos, esto sirve sin duda, nuevamente de aldabonazo para nuestras conciencias.

¿Qué estamos haciendo con esta sociedad? ¿Qué estamos haciendo con la educación? ¿Qué consignas transmitimos a las nuevas generaciones que en un par de décadas estarán rigiendo los destinos de este país?.

Si, ya sé que me pongo muy pesada con este tema, pero creo que es tan importante que me resisto a aceptar como válido el modelo actual.

Mientras que sigamos enchufando a nuestros hijos a la televisión como forma de que nos dejen en paz y se chuten en vena el modelo barriobajero, casquivano y agresivo en boga, que invita a abrirte la cabeza o partirte las piernas por la más mínima tontería, no hay nada que hacer.

Reconozco que no es fácil acabar con esta mala hierba que crece rápidamente y por todos los rincones, pero hay que amotinarse contra esta panda de vagos y maleantes, sin oficio ni beneficio, que inundan nuestras pantallas y que pueden ser un referente para mentes inmaduras y tiernas.

Mientras que no inculquemos a nuestros menores que el que pega y el que insulta es un cobarde que no es capaz de sostener su propia mirada frente al espejo, la batalla está perdida.

Mientras que los padres y educadores no prediquemos con el ejemplo e intentemos sembrar entre las nuevas generaciones el valor del ser por encima del tener, el valor de la solidaridad frente al “san para mi que los santos no comen”, estamos muertos.

Una sociedad sin valores es como un jardín sin flores, como un libro sin palabras, como un mar sin agua, como un día sin luz, como una mala hierba que hay que arrancar de una vez por todas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo, cuando era niño que mi casa mi padre leía El Caso periódico de sucesos, y ya de aquella pasaban cosas como las de a hora, pero lo leías una vez y tirabas el periódico eso a cambiado a hora tenemos 100 cadenas echándote la misma noticia (no me mal interpreten no estoy diciendo que no sea de suma gravedad).
Recuerdo que cuando llegaba a casa siempre había esa persona que te habría la puerta,te daba la merienda,te ponía a hacer los deberes osea la que te ponía los puntos sobre la i(como no esa fabulosa madre y en menor muy menor la del padre)pero eso a cambiado, en el mejor de los casos encuentran a sus abuelos que ya no están para educar, si no para consentir, quien a mi juicio tienen que educar no son los abuelos si no los padres...pero ya no están en casa para abrir la puerta....hay que pagar la hipoteca,el buen coche ,la tv de plasma, las vacaciones y claro vienen cansados de trabajar todo el día!! aguantar a los niños que va1 les compramos una tv para la habitación un ordenador para la habitación y que nos dejen un ratito tranquilos, total son niños son inofensivos con una caja tonta cuando yo no se ni para que sirven los botones del mando de la tv, craso error...pero mañana lo arreglo.
A te podría contar muchas cosas de la relación padres educadores me extendería en exceso.
La vida a cambiado pero los Recuerdos no.

ESPERANZA dijo...

Ahora tapamos ese sentimiento de culpa que nos corroe por no dedicar casi tiempo a nuestros hijos con una permisividad excesiva, comprándoles todo lo que desean, olvidando que ponerles límites les ayuda a madurar y a descubrir que el mundo no gira alrededor de su ombligo.