EL SUSURRO DEL DUENDE (2ª entrega)

Ilustración: CPGXK

-Vamos se acabó la cena, lávate los dientes y a la cama- dijo Laura pausada y resignadamente, esperando los reproches de Luis.

-Ya la acompaño yo- dijo Chelo tomando a Diana de la mano y desapareciendo con ella por la puerta de la cocina.

No tardó en llegar el primer reproche: -Vas a conseguir que nuestra hija se convierta en una lunática, ¿eso es lo que quieres? ¿qué todo el mundo se ría de sus fantasías? ¡pues lo estas consiguiendo!-

- No dramatices, por favor ¡sólo tiene seis años! Si no tiene fantasías ahora, ¿cuándo las va a tener?- contestó Laura.

- Yo también he tenido seis años y nunca he tenido amigos invisibles – replicó Luis procurando controlar su tono de voz.

Laura estuvo tentada a responderle que él nunca había tenido amigos, ni visibles ni invisibles, pero al final lo pensó mejor y sólo contestó : - Luis, tu nunca has sido un niño-.

- Además, no entiendo porque me echas la culpa a mí – respondió ella mientras abría la nevera en busca de algo para cenar.

- Porque en vez de intentar corregirla, lo fomentas, siguiéndole el juego, y preguntándole cosas de sus amiguitos invisibles- contestó él, señalándola con el dedo, visiblemente enfadado.

Laura suspiró con resignación y saliendo de la cocina, le dijo: -Hasta mañana y se dirigió escaleras arriba a la habitación de su hija.-

Diana estaba ya en la cama y había seleccionado el cuento que quería que le contara su madre.

- Si no manda ná la señora, me voy ya – apuntó Chelo, desde la puerta de la habitación.

- Gracias Chelo, hasta mañana- contestó Laura.

- Hasta mañana, princesa - le dijo a Diana lanzándole un beso.

- Adiós, Chelo, - le respondió ella - dice Oliver que tengas cuidado con el perro de los vecinos que está suelto –

- Demonio de chica, lo que inventa – se le oía decir a Chelo bajando por la escalera.

- Mamá, ¿ porque a papá no le gustan mis amigos?-

- No es eso, Diana, es que él cree que todo es una invención tuya –

- ¿ y tu, mamá? ¿tu también crees que es una invención mía?

Laura no sabía que contestar, unos ruidos y unos gritos procedentes de la calle le salvaron de la respuesta. Se asomaron las dos a la ventana y vieron como Chelo increpaba a los vecinos porque su perro le había atacado.

Laura miró atónita a Diana y balbuceando le dijo -¿ co...como sabías lo del perro?

- Lo dijo Oliver ¿recuerdas? – dijo Diana muy sorprendida por la pregunta de su madre.

-Vamos, es muy tarde para un cuento, a dormir- decidió Laura.

Arropó a Diana, le dio las buenas noches y salió de la habitación.

(Continuará)

2 comentarios:

Mar dijo...

Continuamos para bingo !!
Les noto un poco mordaces ¿verdad?, espero que Oliver también les avise de los peligros de ello.
Besos

Angel dijo...

....Al salir de la habitación, cansada pero contenta, tras otro día de faena, Chelo rumiaba el comentario de Laura.

Por eso, se aseguró de portar un buen paraguas, antes de salir a la calle.

Ese chucho tan estirado como sus dueños, no iba a molestar a toda una señora como ella.

Esa manía del perrito de morderla los zapatos, siempre que la veía...

El paraguazo fué un argumento claro para el aprendizaje canino.