EL SUSURRO DEL DUENDE (1ª entrega)

Ilustración: Noa Velasco

Mientras esperaba que la puerta del garaje se abriera, Laura encogió el cuello y miró al cielo a través de la ventanilla del coche. La noche se estaba echando encima pero el color naranja del atardecer de Madrid se resistía a darle paso. Respiró el aire de la calle, repleto de olor a pino y sus músculos maltratados por el estrés, empezaron a relajarse.

En la pequeña Colonia en la que vivía, pegada al muro de la Casa de Campo, se respiraba todavía la tranquilidad de un pueblo, a pesar de que las hileras de modernos chalets adosados con piscina comunitaria, iban engullendo, poco a poco, las fincas con huerto y alberca de los agricultores que se afincaron en ella hace más de cincuenta años.

Paró el motor y pensó que era el primer día de la semana que llegaba a casa antes de que Diana se acostara. Subió por la escalera del garaje hasta la cocina y se paró un instante en el marco de la puerta contemplando como su hija mantenía una conversación con su amigo invisible, frente a un plato de sopa.

-¿Cómo se llama tu amigo invisible de esta semana?- le preguntó Laura.

-Se llama Oliver y tampoco le gusta la sopa- respondió la niña mirando indistintamente a su madre y a Chelo, una extremeña metida en carnes y en años, que hacía las veces de niñera, cocinera y asistenta, con la que Diana pasaba gran parte del día.

Luis asomó la cabeza por la puerta a la vez que decía: -¿He oído que alguien no quiere tomarse la sopa?- Diana respondió rápidamente entre risas – Si, él – señalando al espacio vacío que había a su derecha.

Luis mudó su sonrisa por una mueca de fastidio. Le exasperaba que Diana se pasara el día manteniendo conversaciones con amigos imaginarios, que tan sólo ella era capaz de ver.

Laura Semprum y Luis Arana iniciaron su vida en común hacía más de quince años, sin ataduras legales, con el único compromiso de que no existieran compromisos entre ellos.

A los pocos años, decidieron tener un hijo, que nunca llegó. Para Laura se convirtió en una autentica obsesión, y se sometió a varias fecundaciones in vitro que no germinaron. Finalmente, abandonaron el proyecto de ser padres y se refugiaron en sus respectivas carreras profesionales. Laura en el bufete de abogados que compartía con otro socio y Luis en su promoción como consultor dentro de una multinacional americana que acababa de asentarse en España.

Sus vidas se extendían como dos líneas rectas, que corren en paralelo pero que nunca se tocan, tan sólo compartían piso y cama, todo transcurría en un perfecto orden, fruto de una planificación exhaustiva de los más mínimos detalles, hasta que un día Laura descubrió que estaba embarazada.

La llegada tan inesperada de Diana, en el umbral de los cuarenta, hizo que cambiaran muchas cosas, sembrando el tan temido caos en sus vidas .

Dejaron el apartamento de la calle Castelló para venirse a esta casa, Laura quería que su hija creciera, rodeada de árboles y de naturaleza viva. Luis aceptó a regañadientes abandonar el barrio de Salamanca, y renunciar al caché y al status que le aportaba, para emigrar a las afueras. Aunque el lugar estaba ubicado dentro de la denominada zona noble, ya no era lo mismo, lo había vivido como un retroceso en su ambiciosa carrera personal.

Antes de Diana no había nada que les uniera, después de ella, había muchas cosas que les separaban.


(Continuará)

7 comentarios:

Beatriz dijo...

Promete, vaya que si promete.

Que los duendes te conserven tu inspiración divina.

Besitos.

ESPERANZA dijo...

Pues no ha hecho nada más que empezar, así que ¡preparate!

Besos

Ángel dijo...

Con el máximo respeto a la obra en curso y con una cierta arrogancia irreverente, voy a intentar (ojalá mantenga la voluntad de perseverar), plantear al autor, algunas cuestiones o posibilidades al desarrollo.

Como un juego de nuevos caminos , como una particular interpretación de un universo multidimensional, como una pequeña disciplina, como la oportunidad de aprender a escribir, aprovechando la oportunidad que se nos ofrece.

Y esto será así mientras el autor considere que no se está interfiriendo el desarrollo normal de su obra. Ventajas de publicar en un blog, tan íntimo como este...Allá voy.

".....planificación exhaustiva de los más mínimos detalles, hasta que un día Laura descubrió que estaba embarazada...."

Mmmm, ¿en que entrega nos será presentado el padre de Diana? Porque es (ya) evidente que no es Luis. Porque nadie, ni siquiera Laura, puede renunciar a algún periodo de pasión en su serena, equilibrada y ¿aburrida? trayectoria. Espero esa entrega.

Chelo. Chelo es un personaje en el que tengo puestas grandes ESPERANZAS.

Luis. Pichafloja engreido y vanidoso. Uuuffff, o le montamos un pasado colaborando con ONG`s o atendiendo el bar de un Centro de Mayores, o un origen anclado en una familia desestructurada, que excuse su trayectoria actual. Y si se tiene que quedar en la novela, observaremos crítica y cinicamente su evlución, si no queda otra, y si va en el pack.

Ya está bien por ahora....

ESPERANZA dijo...

Mi querido Angel:

No es lo tuyo una cierta arrogancia irreverente, sino una tamaña osadía que no ha de quedar impune.

Las críticas, aunque no sean favorables, aportan mucho más que los halagos, pero para poder opinar sobre la luz que hay al final del tunel, no basta con asomarse a su entrada sino que has de recorrerlo entero. Son las reglas del juego, de la sana crítica.

No voy a entrar a consensuar contigo la novela, ni a aclararte ahora la función de cada personaje, tendrás que recorrerla entera y entonces, sólo entonces, podrás emitir, con fundamento, un juicio sobre ella.

Mientras tanto, ¿que tal si practicas el arte de la paciencia y de la observación?.

¿que te hace pensar que Luis no es el padre de Diana? ¿de verdad crees que Laura es una serena y aburrida abogada? ¿que despierta en tí el pobre Luis para que le catalogues de pichafloja y vanidoso y te resignes a que vaya en el pack? frio, frio.

Quiza sea bueno que te entrenes en el arte de leer lo que no está escrito, una novela no nace para ser diseccionada como una rata sino para darle un cuerpo a la ilusión y convertirla en realidad.

(de la planificación de los más mínimos detalles y el embarazo, ni hablo, releetelo, te has perdido algo, sin duda).

Con mi máximo respeto, yo también te he planteado algunas cuestiones o posibilidades al desarrollo.

A mandar.

Angel dijo...

Mmmm, buen comentario.
¿Se irá escribiendo poco a poco, o ya está escrita? ¿Se adaptará a los deseos de los lectores, o del autor?

Ahí estaremos....

Mar dijo...

Este comienzo a modo de entrantes promete sabrosos manjares en el resto del banquete , ummmmm esto está rico !!
Y hablando de comidas ¿me permites una sugerencia? los blogueros no damos de comer a los trolls bajo ningún concepto, que se coman ellos mismos sus propios mocos, ya sabes... "percepción es proyección" :-)
Mil besos

ESPERANZA dijo...

gracias, reina, seguiré tus sabios consejos.

Un beso