SECRETOS DE FAMILIA

Foto: Walala Pancho

Parece que imprime carácter contar con una ascendencia noble, o por lo menos, todo el mundo se empeña en buscar rasgos de alto linaje en sus antepasados, aunque tengan que hacer auténticos encajes de bolillo para entroncar genealógicamente con el ilustre en cuestión.

A mi me ocurre lo contrario, por carambolas del destino, me entero, hace ya unos años, de que un bisabuelo paterno mío terminó sus días viviendo de la caridad ajena, dedicado a la mendicidad. Vamos, que era un indigente.

Esta noticia, lejos de producirme vergüenza, siempre me ha producido una gran hilaridad, y en cuanto surge la ocasión, la aireo, acompañada de la genial frase de Groucho Marx: “ Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria.” para disgusto de mi suegra, a la que, la posibilidad de que alguien se entere de que su hijo ha emparentado con la biznieta de un pobre le pone los pelos de punta.

Quizá sea por eso por lo que aludo a menudo a los pobres, a los “homeless”, a los marginados, porque como mantiene Eduardo Punset en uno de sus libros: “En el estudio “Las heridas secretas de la pobreza” se demuestra que incluso dos generaciones después de que una familia supere la pobreza, existen actitudes, ansiedades e inseguridades que surgen alrededor de un sentimiento de desprotección.......... En cierto modo, lo más sorprendente es que aunque te enriquezcas, tu mente y tu cuerpo conservan las huellas de tu pobreza anterior”.

Tal vez, esa sea la razón de que en noches como la de hoy, no consiga quitarme de la cabeza a la gente que duerme en la calle, a los que tiritan bajo sus mantas de cartón, a los que no tienen nada ni a nadie.

Menos mal que no cuento entre mis lectores ni a mi familia paterna ni a mi suegra, porque ninguno de ellos me perdonaría haber desvelado este horrible secreto de familia del que yo hago alarde jocosamente.

0 comentarios: