COMO UN LAMENTO (48º Entrega)

Foto: jescudero


Ángeles estaba pálida, su rostro reflejaba un cansancio cercano a la extenuación y en su mirada Gabriel creyó ver un grito de auxilio.

-¿Puedo pasar?- le preguntó ella.

El se lamentó de no haber reaccionado con rapidez invitándola a entrar antes de que ella tuviera que pedírselo, pero no había podido evitar quedarse totalmente parado ante su inesperada presencia.

- Si, claro, pasa por favor - Gabriel le invitó a quitarse el abrigo y la acompañó hasta el salón. Ella se sentó, visiblemente alterada, en una silla sin esperar a que él le invitara a tomar asiento y le dijo: “ ya te habrás enterado de lo que ha pasado ¿no? “.

- ¿A que te refieres?- respondió él.

- Al accidente de Nacho-

La expresión de sorpresa de Gabriel confirmó que no sabía nada.

-Le ha atropellado una furgoneta en esta misma calle y ha muerto-

Gabriel cerró los ojos, apretando fuertemente los párpados como si de esa forma, pudiera borrar lo que acababa de oír. Nacho había entrado de forma muy desafortunada en su vida, destrozando todos sus planes, pero eso no significaba que le deseara ningún mal y menos la muerte.

Ángeles siguió diciendo: “ yo llegué a la calle, me encontré el cadáver tapado y pensé que eras tu, porque al lado, tirado en el suelo, estaba la orquídea y el libro....... No te conozco de nada, pero cuando creí que eras tu el que habías muerto, sentí, .............como explicarte................sentí una angustia convertida en nausea.......... sentí........estoy muy confusa. – las lágrimas le impidieron seguir hablando.

Gabriel se ofreció a prepararle una buena taza de tila y Ángeles se quedó sola en el salón.

No había reparado hasta entonces en la estancia y le sorprendió el absoluto orden que la presidía. Se acercó a una estantería donde se exponían plumas de distintos tamaños y condición, dispuestas por fechas y lugares de origen, de tal forma que bien podrían pasar por una colección de un museo. Recorrió lentamente las largas estanterías cargadas de libros, terminando en una repleta de trofeos de distintas artes marciales, que le hizo comprender la manera en que había derribado e inmovilizado a Nacho.

Mientras tanto, Gabriel terminaba en la cocina de preparar la infusión al tiempo que pensaba en las palabras que acababa de oír de la boca de Ángeles. Sintió un destello de esperanza: no todo estaba perdido.



Continuará ............................................

2 comentarios:

Ángeles y Gabriel dijo...

Querida Esperanza:
Ahora que llega la navidad que siempre es un tiempo de paz y felicidad y viendo lo mal que nos lo ha hecho pasar a los dos, no podría sosegarse y darnos un final romántico, es que ya estamos cansados de sufrir y padecer ¿no le parece Jefa? Si no es así, aceptaremos el destino que su truculenta mente nos tenga preparado.

ESPERANZA dijo...

Eso no vale!!!! No podeis salir de la novela hasta que ésta termine. Después sereis libres de cambiar el final si no os ha gustado.