UNA FLOR BLANCA EN LA VENTANA


Siempre fuiste un cabezota, lo tenias decidido, me lo anunciaste un mes antes, mientras andábamos por el pasillo del Hospital “yo ya he cumplido mi ciclo, no me queda nada que hacer aquí”, y yo no quise escucharte porque tus palabras me explotaban con violencia en los oídos.

Decidiste partir antes de que llegara el deterioro y no me dio ni tiempo a digerir tu marcha. Te pasaste la vida empujándome para que yo consiguiera lo que tu no pudiste alcanzar y cuando estabas a punto de ver cumplido tu sueño, liaste el petate y te fuiste, sin despedirte.

Con las prisas te dejaste olvidada la caja de tus tesoros, me he permitido abrirla y dentro he encontrado tu sentido de la integridad, tu rectitud, tus dotes de comunicador y tu carisma, y, sino te importa, me voy a quedar con todo, porque me viene muy bien.

También olvidaste el saco de las consignas para encarar la vida: He de confesarte que me he deshecho de él porque dentro estaba la premisa de que la vida se dirige con la cabeza y no con el corazón y no sólo no me ha servido sino que me ha complicado tremendamente la existencia, porque me he pasado media vida cultivando mi mente y amordazando mi corazón. Desde que le he quitado la mordaza, una sensación de vértigo permanente se ha instalado en la boca de mi estómago, pero no te preocupes, porque he conseguido desenterrar mis emociones y sacarlas de paseo cada día, para que les dé el aire y conozcan mundo, que falta les hace.

La verdad es que nunca he entendido esas prisas por marcharte, no sabes lo que te has perdido, tu hijo ha triunfado profesionalmente y es un hombre importante, que ha salido hasta en la tele, ¡fíjate!. A mi tampoco me han ido mal las cosas, pero, siguiendo tus enseñanzas, no seré yo quien me alabe a mi misma, eso que lo hagan los demás.

También hubieras disfrutado mucho de Fer y Edu, porque encarnan el prototipo de las buenas maneras y la buena educación que con tanto esmero nos inculcaste y aunque me sermonearías una y mil veces sobre la forma correcta de educar a Ana y a Pedro, no tengo dudas que hubieras disfrutado muchísimo de ellos y hubieras sido un abuelo consentidor y condescendiente.

Mamá está bien, muy bien, diría yo, después de marcharte descubrió que era posible una vida sin ti, y se lanzó a descubrirse a sí misma, abrazando la vida y las muchas oportunidades que le brindaba. Ella ha encontrado su camino y brilla con luz propia. Ahora vive en una casa orientada al Este, como siempre había querido.

Por lo demás, han cambiado muchas cosas, tu calculadora multifunción, ultimo modelo, que reproducía enlatada y torpemente la melodía “Para Elisa” de Beethoven, hoy sería una pieza casi de anticuario. Te divertirían mucho los teléfonos móviles y seguramente no saldrías de tu asombro si volvieras ahora y te asomaras a cualquiera de las ventanas que te ofrece Internet. Fíjate si han cambiado las formas, que ahora hay un negro en la Casa Blanca, pero, no te engañes, en esencia todo sigue igual.

No tuve fuerzas para despedirme de ti cuando partiste, he pasado mucho tiempo sin poder ni siquiera mentarte y todavía me tiembla la voz cuando aludo a tu marcha, pero creo que es hora de cerrar capitulo. Nuestra historia ha llegado a su fin. Es el momento de decir adiós.

Esta noche te dejaré una flor blanca en la ventana, por darme la vida; por ofrecerme tus ojos para verla y tus criterios para interpretarla, aunque no siempre me hayan servido por no ser ni de mi talla ni de mi condición; por la huella que dejaste en mi memoria; por todos los momentos vividos juntos; por lo que fue y ya no es......... y ofreceré al viento mi eterna gratitud y con ella las palabras que hace tiempo debía haber pronunciado, para que te las haga llegar:
. . . . . . .“ADIÓS PAPÁ

4 comentarios:

Mar dijo...

Se me han escapado unas lágrimas.
Qué hermosa es la gratitud!

ESPERANZA dijo...

Me alegro que te haya emocionado, porque para mi es una carta cargada de sentimientos y emociones que hace ya mucho tiempo necesitaba hacer palabras.
Gracias por sentir conmigo. Un besote.

Anónimo dijo...

Me has emocionado.

ESPERANZA dijo...

esa era la intención, que una carta cargada de emoción llegara al corazón del lector.

Gracias por compartir conmigo. Besos