TIRAR DE LA CUERDA


Me ha sentado mal, para que te voy a engañar, muy mal. No te creía capaz de ello, a pesar de que llevamos muchos kilómetros recorridos juntos y que se que no tienes escrúpulos con tal de conseguir tus objetivos, no pensé que llegaras tan lejos.

Ya no es una cuestión de dinero, sino de dignidad, acepté a regañadientes la primera propuesta y no contento con ello, decidiste recortarla más, para mostrarme que tu eres el que mandas y quien ose recordarte que no tienes razón será inmediatamente defenestrado.

Me has puesto en una situación muy difícil porque has entrado sin permiso en el ámbito de mis más profundas convicciones. A estas alturas deberías saber que yo soy lo que muestro y lo que digo, no tengo rincones, me enseñaron desde niña a ser impecable en mis actos y mesurada en mis palabras, a mirar de frente y no arrugarme ante nada y ante nadie. Ahora vienes tu a quitarme lo que es mío. Yo he cumplido sobradamente con mi parte del trato y tu deberías hacer lo mismo.

Te ha venido bien la crisis para recortarme el precio, y ¿si yo recortara la calidad? Te aprovechas porque sabes que no lo voy a hacer, no es mi estilo ni mi condición, pero te estaría bien empleado.

Ahora libro una dura batalla entre mi dignidad y mi bolsillo, que reconozco quedaría maltrecho si te vas, pero si te quedas, serían mis valores los que resultarían magullados.


Difícil decisión.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

J'envie votre capacité à publier merveilleux article sur elrastrodelapalabra.blogspot.ru voulait simplement dire que j'aime ça!