LA GENTE QUE LLEVA MI CARRO


A pesar de la mala fama que tenemos los abogados y los chistes y chascarrillos que a nuestra costa se hacen, son muchas las ocasiones en que tenemos que tragar carros, carretas y carretones. Y es que nos toca lidiar con toros de muy distintas ganaderías. De hecho tenemos elaborado un catálogo con los distintos prototipos que pasan por este despacho:

El primer prototipo es el ATACADO también llamado “de mi no se rie nadie” que siempre tiene la sensación de que el mundo entero conspira para hacerle la pascua y no está dispuesto a consentirlo bajo ningún concepto y por ello busca que el abogado le saque los higadillos al primero que esboce una sonrisa en su presencia.

El segundo prototipo es el ARROGANTE también llamado “la razón está conmigo” que utiliza al abogado, no porque considere que le hace falta, sino porque las formas lo exigen y cuando el asunto se gana, es porque estaba cantado que tenía razón y cuando se pierde es porque el abogado era muy malo.

En la siguiente página está el ENMASCARADO también llamado “a que no me pillas” que pretende utilizarte con la sola intención de darle una apariencia legal a sus aviesas y oscuras pretensiones y te cuenta la mitad de la película distorsionada y la otra mitad tergiversada.

También merece especial mención el prototipo de INGENIERO que no sólo pide al abogado que le resuelva la papeleta, sino que necesita saber como, cuando, donde y porque se le generó el problema y porqué la que le propones es la mejor solución, y cuales son los principios generales del Derecho que la inspiran.

Y por último cerrando el desfile, tenemos el prototipo del ENTERADO también conocido como “El sobrino de mi vecina me ha dicho” que viene a contarte el problema y la solución que le ha dado el chico de su amiga que siempre fue muy espabilado y acaba de terminar la carrera. Como casi siempre el consejo que le damos discrepa del que le dio el chico listo, pues el cisma está servido.

Afortunadamente nuestros clientes habituales suelen están fuera de este catálogo, porque si algo me ha enseñado los muchos años de profesión que llevo a mis espaldas, es que el cliente es directamente proporcional a su abogado y viceversa o lo que es lo mismo: visto el cliente, visto el abogado.

Con todo y con eso, cuando nos toca lidiar con algún prototipo, esta acción se convierte en un autentico ejercicio espiritual, porque nos obliga a cultivar la humildad, la serenidad y por encima de todo, la paciencia.

2 comentarios:

Mar dijo...

Vamos que si hubieras sido contemporánea de Jung le hubieras echado un buen capote en sus tesis de arquetipos e inconsciente colectivo. Eres un crack Espe !! Tremenda mujer de gran paciencia y prudencia.

ESPERANZA dijo...

Me miras con muy buenos ojos, reina, y lo agradezco, of course,