Joan Manuel Serrat le pone música y letra, de forma magistral, como siempre, a la necesidad de dejar a nuestros hijos que vivan sus propias vidas.
Joan Manuel Serrat le pone música y letra, de forma magistral, como siempre, a la necesidad de dejar a nuestros hijos que vivan sus propias vidas.
Hoy sólo tengo lagrimas para derramar, lagrimas por Aisha Ibrahim Duhulow, lagrimas por la especie humana, que es capaz de cometer una atrocidad semejante.
Aisha Ibrahim Duhulow, de 13 años ha sido lapidada hasta morir en Somalia acusada de adulterio según la ley islámica. La realidad, según informa Amnistia Internacional, es que había sido violada por tres hombres y que al intentar denunciar la violación ante la milicia de Al Shabab, que controla Kismayu, fue acusada de adulterio y detenida. Ninguno de los hombres que participaron en la presunta violación ha sido acusado ni arrestado.
Hoy el aire se ha vuelto más denso y difícil de respirar, porque esta terrible noticia ha tenido un mínimo eco en la prensa, y no ha conseguido arrebatarle ninguna portada ni a la crisis económica ni a Barack Obama.
Hoy este planeta se ha vuelto un sitio más hostil para vivir, porque hemos permitido que Duhulow fuera impunemente asesinada y no hemos hecho nada para evitarlo.
Hoy la esperanza de avanzar hacia un mundo mejor ha dado un gran paso atrás, porque seguimos consintiendo que, en nombre de la ley y la tradición, se cometan crímenes atroces.
Hoy el corazón de la Tierra llora en silencio, porque un ser humano ha sido salvajemente asesinado por el simple hecho de haber nacido mujer.
Hoy sólo tengo lágrimas para derramar, lágrimas por Aisha Ibrahim Duhulow y por todas las mujeres que en el mundo sufren persecuciones, malos tratos, mutilaciones y son víctimas del odio de aquellos que, ahogan su miedo a ser destronados, utilizando la violencia.