EL PODER DE LA PALABRA




Siempre he tenido el gusanillo de escribir, pero últimamente esa necesidad llama a mi puerta con más intensidad y con más frecuencia, y es que definitivamente lo mío es la palabra. No se manifestar mi esencia de otra manera.

Tengo la fortuna de vivir de la palabra, contemplo diariamente su poder curativo y su capacidad de transformar una pesadilla en una esperanza, pero también conozco su lado oscuro y su facilidad para romper en mil pedazos una ilusión.

Me gusta jugar con ella, empujarla, vestirla de ironia, pintarla de amor, y confieso que alguna vez la he utilizado como trueno de la más oscura tormenta.

A veces se va y por más que yo lo intente, no viene cuando la llamo sino cuando ella quiere, y me deja sola y en silencio, sin nada que decir.

Somos compañeras de viaje y nos utilizamos mutuamente: Ella me usa a mi para convertirla en voz y yo la uso a ella para transformarla en sentimientos.

Somos muchos, los vendedores de palabras, sobre los que recae la gran responsabilidad de su buen uso y es que, las palabras gobiernan el mundo y cuando son utilizadas como instrumento de paz y de concordia, nos acercan a una nueva conciencia, pero cuando se ponen a merced de intereses sectarios y partidistas, causan daños irreparables en los que las reciben, si no son capaces de darse cuenta de la intención con la que han sido lanzadas.

1 comentarios:

Mar dijo...

Genial nena, genial !!
Así podremos compartir nuestras recetas de mermeladas, jabones, pastelitos, etc, etc
Ahhh , pero ¿esto no es un blog de cotilleos?..uys y qué hago yo ahora con mi cleaning attack ???? jajajjajaa
Te leeré como bien tú mereces.
Cariños